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Nuestra almendra


Nuestra almendra es de la variedad Diamar o Mardía. Es una variedad nueva creada en el Centro de Investigación y Tecnología de Aragón ( CITA) con el objetivo de evitar el riesgo de heladas tardías tan frecuentes en nuestras latitudes. Es una variedad que florece muy tarde, en el mes de abril, es autocompatible, no necesita la polinización cruzada con otras variedades, además  presenta una maduración temprana, densidad floral elevada y regular, cuajado elevado, tolerancia a enfermedades y cáscara dura.

Es una almendra de tamaño grande ( 1,2 gramos), con sabor muy agradable, excelente textura, y gracias a su alto contenido en grasas beneficiosas la hace ideal para su uso tanto en cruda, tostada o en turrón. Destaca por tener un 25% más de Ca, un 22% más de K y un 12% más de P que cualquier otra almendra gracias a los suelos ricos en estos micronutrientes donde se asientan nuestros árboles.

Nuestra tierra, expuesta a contrastes de frio calor, humedad sequía y rica en nutrientes y materia orgánica, potencia el sabor de la almendra Diamar ya de por si exquisita, mejora su textura, amplía sus aromas de forma común a otros alimentos por los que destacamos en Castilla y León.

Nuestros cuidados evitan dañar al medio ambiente, conviven con ello, facilitan la biodiversidad y anhelan el equilibrio entre naturaleza y hombre. Buscamos la mínima interacción con el ecosistema para que sea éste el que interactúe con nuestros almendros con el fin de su integración  como una parte más de ello.

Regamos con agua de manantial gracias al poder del sol y utilizamos el estiércol de las ovejas que pastorean por nuestras laderas para fertilizar nuestros almendros. En los primeros años, labramos lo menos posible para que animales y plantas encuentren un lugar de encuentro y convivencia; posteriormente, cuando el almendro es lo suficiente fuerte, dejamos que la naturaleza establezca su manto vegetal alrededor  suyo y se convierta en un entorno ideal donde crezcan bajo las condiciones más naturales posibles. Casi todas las especies animales de nuestra comarca comparten el ecosistema de nuestros almendros, desarrollan su vida o parte de ella en la tierra  o el aire que los rodea.

Nuestros envases intentan preservar las características organolepticas y nutricionales de las almendras que producimos, con el menor tiempo entre cascado y envasado posible, buscando el menor contacto con el aire que destruye los componentes más saludables contenidas en ellas. Aunque nos hubiera gustado utilizar otro envase con menor impacto ecológico, hoy en día, es el plástico el material que mejor conserva esas características. Hemos priorizado el mantener nuestra almendra en su mejor momento frente a un envase más ecológico. Tan pronto como se logre un material más ecológico que preserve de la misma forma que lo hace el plástico gustosamente lo cambiaremos.

Siguiendo nuestra lema de dar el producto más natural posible, manteniendo su máximo sabor con la menor interacción sobre ello; las almendras sólo las distribuimos con piel, crudas o tostadas, lo que preserva todos sus nutrientes, aromas y beneficios expuestos en diferentes apartados de nuestra web.

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