Los frutos secos se han consumido por el ser humano desde tiempos inmemoriales, como lo demuestran los hallazgos encontrados en excavaciones de asentamientos de hace más de 10.000 años. Eran parte importante de la dieta, se recogían los frutos secos silvestres, fueron una fuente importante de nutrientes y calorías sobre todo cuando la caza escaseaba en los fríos inviernos.
En la siguiente tabla aparece la composición nutricional de los principales frutos secos, marcando aquellos valores que sobresalen en cada uno de ellos.
La almendra destaca por ser el fruto seco con una composición más completa y equilibrada.
Tiene un contenido en grasa menor que otros frutos ecos y son de mejor calidad por ser casi todo ellas monoinsaturadas lo que permite asegurar que la almendra es el fruto seco con mejor perfil lipídico .
Las proteínas contenidas en las almendras son las más altas junto a los cacahuetes, muchas de ellas en forma de aminoácidos esenciales lo cual es un beneficio añadido.
Pero sin duda, los componentes nutricionales más sobresalientes de las almendras frente a otros frutos secos son su alto contenido en fibra y tocoferol ( vitamina E). Ninguno otro presentan estos valores, lo que les confiere a las almendra el perfil de fruto seco más saludable por reducir drásticamente radicales libres y mejorar el tránsito intestinal.
Por último, la almendra es el fruto seco con la composición más completa de micronutrientes, destacando su altísima concentración de Ca, K y Mg, siendo el sustituto natural de Ca para aquellas personas que tengan intolerancia a la lactosa.