Cada variedad de almendra tiene su específica composición de nutrientes, variando especialmente su composición de ácidos grasos, pero se puede estandarizar una composición para todo tipo de almendra de acuerdo a la siguiente tabla:
Las almendras destacan por su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados, los comúnmente conocidos como saludables, porque ayudan a disminuir el contenido de colesterol en sangre, mantienen la presión en valores normales y protegen la salud del corazón.
Además las almendras tienen un alto contenido en fibra con los beneficios que ello conlleva, entre ellos disminuir la incidencia de enfermedades intestinales, mejorar el tránsito intestinal, retrasar la absorción de azúcares y disminuir la absorción de colesterol. La sensación de plenitud que aporta la fibra, ayuda a mantener el peso corporal de acuerdo a muchos estudios realizados.
El alto porcentaje de proteínas de las almendras, y más concretamente de sus aminoácidos esenciales permiten ser una alternativa muy beneficiosas a las proteínas animales.
Dentro de la rica composición en micronutrientes de las almendras, destaca su alto contenido en Ca, mucho mayor que cualquier otro fruto seco. La leche de almendra es la mejor alternativa que se tiene para aportar de forma natural el calcio que se necesita para aquellas personas intolerantes a la lactosa.
Por último, la almendra contiene casi todas las vitaminas que necesita nuestro cuerpo pero destaca su alto contenido de la vitamina E. Dicha vitamina tiene grandes propiedades antioxidantes, lo que permite eliminar radicales libres que son conocidos por su relación en la génesis de muchos procesos cancerígenos.
